i magazine | ‘El afecto es revolución’: entrevista a Lamoth (@motherofqueer)

Lamoth (@motherofqueer)

Entrevista a Lamoth (@motherofqueer en Instagram

¿Podrías presentarte brevemente?

Mi nombre es Lamoth, soy una persona no binaria, hago ilustración y diseño gráfico. Llevo la cuenta de Instagram de Mother of Queer donde trato temas LGTBIQ+ que ocurren en mi vida o en la de mi gente.

El feminismo interseccional quiere alejarse del binarismo de género. ¿Nos podrías contar tu punto de vista sobre por qué es tan importante y urgente que esto ocurra?

El binarismo en el que vivimos es dañino porque clasifica todo en dos grupos inamovibles, salirse de esa clasificación impuesta supone una lucha constante y vital contra lo que te han enseñado y contra la sociedad y su sistema. La identidad de las personas es mucho más que dos grupos definidos de cualidades fisionómicas, psicológicas y de expresión. Por supuesto que existen hombres y mujeres, eso es innegable, negarlo sería negar la existencia de mujeres y hombres trans también; pero es imposible concebir que solo existen esos dos grupos. Hay un espectro muy amplio en el género entre esos dos ‘extremos’, aunque siempre prefiero imaginarme el género como un círculo cromático, sin extremos, simplemente como algo fluido. Aceptar y entender esto es otorgar libertad a las personas de definirse, desarrollarse y aprender el mundo expresando su identidad con libertad.

¿Son importantes para ti figuras como Judith Butler… quiénes son tus referentes?

Son importantes los referentes populares, teóricos y famosos; muy importantes. Pero estos solo nos van a dar una visión performática. Son también muy importantes los referentes directos, los referentes que comparten día a día contigo, los que te cruzas por la calle, tu compañera de clase, o tu hermana, o tu amiga, o tu vecina, o esa persona que siempre coge el metro contigo a la misma hora… esa gente está haciendo el activismo más importante, porque trasladan al día a día, normalizan y visibilizan una realidad. Eso también es lucha. Nunca he tenido muy buena amistad con la teoría. La teoría está bien, es genial poder leer los pensamientos de otras personas. Pero en estos temas la teoría es un complemento. De nada me sirve que alguien se lea mil libros sobre teoría de género si luego no escucha mi proceso vital. No soy teoría, soy de verdad y estoy aquí y mi experiencia es esta. Mis referentes siempre han sido más vitales, desde amigues y conocides, hasta gente que conocía por la calle o en el Raval o en bares.

Cualquier persona que se aleje de la masculinidad normativa está oprimida en un sistema patriarcal: ¿podrías explicarnos cómo vives y ves tú esta realidad?

Desde que naces, o incluso desde que te ‘ecografían’ en el útero, te ponen una serie de etiquetas fuera de tu voluntad y entendimiento, luego te explican qué conllevan esas etiquetas y si no sigues los patrones esperados… ¡azote del sistema! Cuando te etiquetan de una forma u otra te están restando libertad de poder desarrollarte y crecer. ¿Qué significa esto? Que si al nacer te ponen la etiqueta de hombre cis hetero y tú resulta que eres una mujer trans bisexual, pues estás jodida. No vas a tener las mismas oportunidades, vas a estar marginada, vas a tener que gastar años de tu vida en empoderarte, identificarte, luchar y batallar mil veces para que se te reconozca como persona porque para el sistema no existes. Sin embargo, si al nacer te ponen la etiqueta de hombre cis hetero, y tú te identificas como tal, pues chapó, toda esa tarea de lucha a la que una mujer trans se tiene que enfrentar la tienes ganada de serie, no tienes que hacer ningún tipo de esfuerzo. Simplemente, dejarte llevar. Todo va a ir como la seda. No digamos ya si eres blanco, de clase alta y sin ningún tipo de neurodivergencia. Eso es cuanto menos injusto, vivimos en sociedad ¿por qué no tener en cuenta todas las realidades?

En España, hay una parte del feminismo que, incluso perteneciendo a la izquierda y declarándose progresista, se ha descubierto como tránsfobo. ¿Podrías explicar por qué la existencia de las personas trans no es un debate, y cómo esto va unido a nuestro rechazo del binarismo de género?

Las identidades trans no son un debate. Igual que no es un debate la personalidad de alguien o su orientación sexual. Me parece tan obvio que a veces me cuesta hasta dar un argumento. No se nos ocurre debatir la identidad de un hombre cis hetero o de una mujer cis hetero… ¿Por qué la identidad de las personas cis hetero no es un debate? No sense.

Lo que sí que son las identidades trans es un golpe de realidad para un sistema que no funciona, o que solo funciona para unos pocos. Y eso hace daño, porque lo hace tan obvio que es imposible ignorarlo. Cuando ves tus privilegios, incomoda, cuando ves que tu sistema te beneficia, incomoda, y cuando ves que te beneficia muchas veces a costa de otras personas, incomoda de más.

¿Cómo ves la situación del colectivo LGTBIQ+ en España ahora mismo? 

En España, y en el mundo entero, están surgiendo los movimientos TERF (Feminismos Radicales Trans Excluyentes). Aquí tenemos la tendencia a normalizar. Estamos en un momento raro porque para alguien que no forme parte del colectivo LGTBIQ+ es fácil decir que ya no hay lgtbiqfobia, porque hay banderas por todas partes y, bueno, ya podemos casarnos… Gracias (no). Aún nos queda mucho por hacer, mucho. Las agresiones siguen existiendo aunque la mayoría no sean tan obvias como una paliza en la calle (que ocurren) o leyes que te llevan a la cárcel por gay.

En tus redes resaltas la importancia del antirracismo dentro de la interseccionalidad. ¿Podrías comentar el privilegio que nos da ser personas blancas dentro del colectivo LGTBIQ+?

Ser blanco y europeo tiene privilegios. Una chica blanca con rastas es moderna, mientras que una chica negra con rastas es ‘poco higiénica’. Eso es una mierda racista. Como ya he dicho, en España (y en Europa en general) tendemos a la normalización e invisibilización. Nos llevábamos las manos a la cabeza cuando hace tres o cuatro años Trump hablaba de poner un muro que separara EEUU de México, y no somos capaces de ver la valla que tenemos en Melilla, de seis metros de altura con cuchillas y alambre de espino. Nos parece una tragedia lo que pasa cada día en el Mediterráneo pero solo se habla de ello en verano cuando no hay tanta audiencia y hay que rellenar programa. Por el hecho de ser negro la policía te va a parar más veces, te va a cuestionar más y te van a vigilar más. Una persona migrante en España tiene la presión de hacerlo todo bien, excelente y un poco más, porque si no ‘vete a tu país’. Apañar los papeles en España es un absoluto drama y un sin sentido. Ni con la crisis sanitaria han sido capaces de hacer una regularización masiva y dinámica. Mascarilla obligatoria pero accesible solo con la tarjeta sanitaria. Pues sí, hay racismo en España y es importante visibilizarlo, porque dentro del colectivo LGTBIQ+ también lo hay y mucho. Hay muchas personas racializadas haciendo activismo y hay que escucharlas: Megane Mercury, Galaxia Perla, Desirée Bela…; son voces que me han enseñado mucho.

Grupos neoliberales y muchas personas manipulan el feminismo y el orgullo en lo que se llama rainbow capitalism (capitalismo de arcoíris). ¿Cómo ves tú esta situación?

Es inevitable que, en el mundo en el que vivimos, grandes corporaciones o partidos políticos se apropien de una lucha como forma de publicidad, y más en una época en la que lo social da muy buena imagen. Voy a ejemplificar con el tema del Orgullo LGTBIQ+, es un arma de doble filo: por un lado da visibilidad a la realidad LGTBIQ+, conozco a gente a la que aún le molesta el Orgullo, que ‘está muy bien que sean lo que sean pero en sus casas’. A esa gente le viene bien el Orgullo™ porque es el que va a seguir llegando de forma más masiva, el que más ruido hace. El lado malo es que para los círculos más implicados en la lucha, invisibiliza muchas realidades del colectivo LGTBIQ+. En el Orgullo™ solo tienen cabida los cis gay blancos musculados masculinos, el resto de identidades, son poco menos que una brisa.

Lo importante, creo, es no perder el rumbo. El orgullo este año no se canceló, se canceló la fiesta, el jolgorio y el desfile de marcas con la banderita pegada en sus logos; pero todo eso va por detrás de la reivindicación. La lucha tiene que estar en constante transformación por eso que dijo una vez André Breton: toda idea que triunfa marcha a su perdición. No podemos acomodarnos. Podemos pasarlo bien sin acomodarnos.

Tienes una presencia notable en redes sociales, en las cuales te seguimos como artista y activista. ¿Puedes hablarnos de cómo llegaste a hacer lo que haces, y qué significa para ti hacer trabajo creativo que promueva justicia social/para el colectivo LGTBIQ+?

Pues fue algo bastante improvisado. Había terminado la carrera, estaba trabajando ‘de lo mío’ pero no me gustaba, sabía cómo aplicar lo mío para que me gustara y empecé sin ninguna pretensión… Y pum. Siento que toda creación tiene que tener un tinte social, no puede no comunicar algo, tiene que hablar de alguien o de algo que no se hable normalmente. De cosas que me molestan y a mi entorno le parecen bien. Pues así empecé. Y resulta que las cosas que me molestan a mí, también le molestan a mucha gente.

¿Puedes ponernos el ejemplo de una acción que te gustaría que hiciera la gente para luchar contra las opresiones que sufrimos en el colectivo LGTBIQ+?

Pues creo que el afecto es revolución. Creo que debemos querer más a nuestro entorno de personas. La gente que vive en nuestro edificio también es nuestro entorno, y la gente que nos cruzamos por la calle. Si se cae alguien en la calle y le ayudas a levantarse, estás haciendo revolución. Tendemos a cuidar mucho de lo que solemos llamar ‘los míos’, ‘mi gente’. Ese sentido de la propiedad trasladado a las relaciones humanas también es dañino. El sistema social juega mucho a marginar y una vez marginado ya no eres la gente de nadie, entonces estás perdida. Solo si hay personas que son conscientes de que su gente va desde su familia y amigos a cualquier persona que se crucen por la calle; y cuidan a esa gente también como iguales, podemos llegar a una revolución. No es difícil, consiste en quitarnos la costumbre de fingir que no nos enteramos de lo que pasa alrededor, de preguntarnos una y otra vez qué podemos hacer para ayudar, quién es, por qué hace eso, sin juzgar. Sin atacar. Así podemos llegar a cuidarnos y a ser conscientes de la realidad de otras personas. Si no seguiremos pegando gritos al viento de forma aislada, esperando que alguien sobrevuele nuestro cielo y se percate de que existimos.

La entrevista a Lamoth en vídeo puede verse y escucharse a través de este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=KSCO4bR9HYI

Leave a comment